Tras la muerte del animal, se realizó una necropsia seriada, observándose, en primer lugar, la presencia de ascitis  y la dilatación de rumen y abomaso (ver), que tras la muerte, tardó bastante tiempo en desaparecer. Además, los nódulos linfáticos de abdomen y mediastino presentaban un aumento de tamaño, con presencia de contenido caseoso en su interior (ver). Cuadro que, a priori, coincidía con una linfoadenitis caseosa. Los nódulos linfáticos mediastínicos afectados y muy aumentados de tamaño, comprimían el esófago, provocando la formación de un megaesógago (ver), inmediatamente anterior. La compresión del esófago a ese nivel dificultaba de la salida de gas de rumen mediante el eructo, y en consecuencia su acumulación posterior y la presencia de gas en abomaso. El análisis microbiológico confirmó la presencia de Corynebacterium  pseudotuberculosis en el material caseoso de los nódulos linfáticos