Causas bacterianas:

Son muchas las posibles causas de infecciones bacterianas en caballos y que pueden originar foliculitis y forunculosis, pero principalmente se reconocen las infecciones por Staphylococcus y en menor medida, Corynebacterium y Dermatophilus. Por lo común son secundarios a traumatismos. Empieza con una pápula para continuar con pústulas y que pueden extenderse para formar forúnculos. La enfermedad se presenta más frecuentemente con buen tiempo con temperaturas y humedad altas. Para llegar al diagnóstico certero se necesita el aislamiento del microorganismo responsable.

 

Causas fúngicas:

Las causas más frecuentes de dermatofitosis en caballos son las producidas por Tychopytum equinum. Se produce más durante los meses fríos y no suelen cursar con prurito o bien éste es muy escaso. El pelo se desprende fácilmente originando zonas de alopecia. Las lesiones se presentan sobre todo en cabeza, cuello, tórax dorsolateral y en la zona de la cincha. La mejor forma de llegar al diagnóstico es con el aislamiento del hongo en medios de cultivo Saboreaud, preferible al DTM, que se utiliza más habitualmente en dermatología.

 

Causas parasitarias:

Las dermatosis por parásitos son relativamente frecuentes en los caballos, sobre todo las infestaciones por ácaros. En los casos de Psoroptes se desarrollan en condiciones de alta humedad y temperatura. Las lesiones se localizan sobre todo en la cabeza, orejas, lo que hace sacudir frecuentemente la cabeza. La sarna sarcóptica es muy rara en nuestras latitudes y pocas veces origina prurito. Las infestaciones por ácaros Chorioptes son más frecuentes en caballos de tiro, con pelo largo en las extremidades y durante los meses de invierno, situaciones que no corresponde con la clínica que presenta este caballo. En los raspados de pelo que se realizaron no se encontraron ningún tipo de ácaros de la sarna o de huevos o liendres de piojos, por lo que las causas parasitarias se descartaron.

Las picaduras de insectos producen una dermatitis alérgica que cursa con prurito. La enfermedad se presenta en primavera verano cuando empiezan a desarrollarse los insectos, principalmente Culicoides y diversas especies de moscas. Los procesos más descritos han sido la hipersensibilidad a mosquitos. La saliva de estos insectos produce una reacción alérgica en las que están implicados anticuerpos IgE e infiltrados inflamatorios de eosinófilos y linfocitos, como son el tipo de células encontradas en la biopsia de piel de este caballo. Clínicamente esta hipersensibilidad se caracteriza por una distribución dorsal, ventral o una combinación de ambas. En estas zonas el animal se rasca, el pelo se desprende con facilidad y no siempre se observan otras lesiones como pápulas. Además, como en este caso, la cola también se encuentra afectada, lo que confirma el diagnóstico de hipersensibilidad a Culicoides.

Para llegar a un diagnóstico certero hay desarrollados tests ELISA frente a anticuerpos contra Culicoides, pero estos tests no son muy fiables pues las IgE sólo se detectan en los casos clínicamente afectados y no en periodos de remisión. Son los datos de anamnesis, de distribución de las lesiones y de biopsia, los que confirman un diagnóstico de hipersensibilidad a Culicoides.