El manejo clínico debe de incluir el control de insectos y la utilización de fármacos para reducir el picor. Lo primero es bastante complicado en caballos que se crían al aire libre, como es el caso que nos ocupa. Los mosquitos son más activos al anochecer o al atardecer. Se han diseñado telas mosquiteras, pero no siempre han tenido éxito. Para controlar los insectos se han utilizado insecticidas en espray, lociones, pour-on o soluciones con piretroides. Presentan el inconveniente de tener que aplicarlos a diario o bien cada semana, dependiendo del producto.
Para reducir el prurito se puede utilizar las mismas pautas que en un caballo atópico, y estas son los glucocorticoides, antihistamínicos y los ácidos grasos omega 3 y omega 6. Se puede utilizar prednisolona o prednisona a dosis de 2,2 mg/kg p.v. o bien 0,22 mg/kg p.v. de dexametasona hasta que se controle el prurito. Para reducir el uso de glucocorticoides, se puede combinar loa ácidos grasos omega 3 y 6 con hidroxicina, clorfeniramina u otros antihistamínicos de uso en caballos.