La mieloencefalopatía por herpesvirus equino es una enfermedad rara pero grave que causa, además de sintomatología nerviosa, un cuadro respiratorio de vías altas, el cual se suele desencadenar primero (siendo el cuadro nervioso una complicación de este), aunque en este caso la única sintomatología que se observó fue la nerviosa. El propietario no nos pudo asegurar si anteriormente el animal presentó síntomas respiratorios, aunque cabe la posibilidad de que la tuviese y pasase desapercibido para el dueño, la superase y no le diese mayor importancia.

La infección se produce por inhalación o ingestión del virus. A través de aquí llega hasta el sistema circulatorio y por vía sanguínea asciende a sistema nervioso central. El intervalo entre la infección inicial del tracto respiratorio por el herpesvirus y el comienzo de los signos neurológicos es de 6 a 10 días. Aunque los signos neurológicos son variables, la manifestación clínica más común de la enfermedad es ataxia de miembros posteriores que puede progresar a postración. En nuestro caso, el potro presentaba una ataxia ligera y en ningún momento se manifestó que presentara postración. Probablemente estos síntomas se correspondían con un título bajo como en este caso, ya que los títulos superiores a 1/3200 se consideran de infección aguda y reciente.

Esta enfermedad no tiene tratamiento. Lo único que podemos hacer en la forma nerviosa es la administración de antiinflamatorios no esteroideos, mantener el estado de hidratación y nutritivo y evitar las infecciones bacterianas.

El pronóstico para los caballos no postrados es favorable, pero no lo es para los animales que permanecen tumbados por períodos mayores de dos días. No fue así en este caso, pero el pronóstico siguió siendo desfavorable debido a que comprometía seriamente la vida deportiva del animal.

La enfermedad se produjo probablemente porque había animales portadores asintomáticos en la yeguada. Si las yeguas estaban vacunadas transmitirían la inmunidad a los potros a través del calostro, pero una vez destetados, junto al estrés que esto supone (hay una ligera inmunosupresión), hizo que el virus atacase al potro. Como este potro no fue vacunado a los 5-6 meses de edad, una vez destetados los potros se vuelven seronegativos, y por consiguiente totalmente susceptibles a la infección, que es cuando comenzó a presentar síntomas.

Prevención

Para prevenir la enfermedad es necesario vacunar frente Herpesvirus tipo 1 y tipo 4, dependiendo del nivel de riesgo de la zona. Se recomienda vacunar a la madre antes del parto, hasta en tres veces, para que pueda trasmitir inmunidad al potro a través del calostro. Una vez se desteta se pierde la inmunidad por lo que sino se vacuna al potro, la edad de mayor riesgo de infección son los 5-6 meses de edad.

Las vacunas, a menudo presentan una mayor especificidad vacunal para herpesvirus tipo 1 ó 4. Sí proporcionan buenos resultados para los problemas respiratorios, no tanto para los problemas de abortos ni nerviosos que no son del todo capaces de prevenirlos.

Bibliografía