Dermatofilosis.
Dermatophilus congolensis es una bacteria gram-positiva, actinomiceto anaerobio facultativo que asociado a la exposición prolongada de la piel a la humedad o condiciones poco higiénicas produce manifestaciones dermatológicas muy variadas según sea la longitud del pelo, la época del año y el lugar de infección.
Las infecciones pueden ser húmedas, purulentas o secas (reinfección rara). Las lesiones iniciales suelen ser pápulas foliculares y no foliculares que evolucionan a exudativas y costrosas uniéndose unas con otras. Raramente cursa con prurito aunque las lesiones activas suelen ser dolorosas. La etapa crónica de la enfermedad se caracteriza por pelaje seco y costroso junto con alopecia.
Las lesiones son más frecuentes en las extremidades del animal, la zona del dorso, la grupa y la zona facial; no es habitual encontrarlo en zonas ventrales.
En el caso de Uhlan se descartó esta infección porque las lesiones no se correspondían con las típicas de dermatofilosis.
Estafilococias
Las infecciones cutáneas por estafilococos se asocian normalmente en caballos por el uso de utensilios de trabajo sucios. La infección puede presentarse como foliculitis o como forunculosis (más grave). Es una enfermedad dolorosa. Suele evolucionar a pioderma.
Si bien las lesiones de nuestro paciente podrían parecerse morfológicamente a una infección bacteriana, hay una serie de puntos que no se corresponden con nuestro caso:
Tricofitosis (Trichophitum equinum)
Son hongos que se transmiten por arreos contaminados y también, aunque es menos frecuente, puede haber transmisión directa por contacto entre animales. Son lesiones alopécicas, costrosas y en principio no pruriginosas.
Sin embargo, aunque algunas de las lesiones que producen estos agentes se parecen a la de nuestro paciente tienden a ser más alopécicas y además nuestro cultivo micológico ha salido negativo.
Papilomatosis
Este virus produce una lesión de tipo verrugoso y color ligeramente rosado o tirando a más negruzco. Es muy frecuente en caballos de menos de un año aunque también aparece en animales viejos. Normalmente las lesiones se localizan principalmente en la nariz, alrededor de los ojos y ocasionalmente en el cuerpo y las extremidades disminuyendo de tamaño progresivamente hasta desaparecer en unos tres meses.
En nuestro caso no concuerda la historia con una posible papilomatosis, pues las lesiones son mucho más extensas y en lugares poco habituales. Además, no han desaparecido si no que han aumentado de tamaño.
Sarcoide equino
Se trata de un tumor localmente agresivo y fibroblástico, el tumor más frecuente de piel en caballos (del 35-90% de los casos). No suele comprometer la vida del animal de por sí, pero es una típica razón para la eutanasia según el lugar al que afecte.
La etiología parece ser de origen viral (aparentemente el papilomavirus bovino podría tener algo que ver) y las lesiones suelen localizarse en zonas en las que ha habido un trauma previo (mordiscos, picaduras...).
Aparentemente no hay predilección por raza, capa, sexo, edad o situación geográfica; si bien es verdad que el sarcoide es muy raro en caballos de menos de un año y más frecuente a partir de los siete años. Parece ser que se han visto más casos en Appaloosas y Quarter Horse.
Se localiza principalmente en la cabeza (periocular y labios), en cuello, extremidades y zona ventral del tronco. Se reconocen cuatro categorías:
Las lesiones varían desde 1 cm a muy extensas, suelen estar poco delimitadas y la piel puede aparecer desde normal a hiperqueratósica, hiperpigmentada, ulcerada o simplemente alopécica.
El diagnóstico diferencial incluye:
El diagnóstico se confirmar con una biopsia de piel, pero con el riesgo de que la manipulación para la toma de la biopsia pueda activar el tejido tumoral hasta entonces inactivo.
Histológicamente se caracteriza por proliferación fibroblástica asociada con hiperplasia de la epidermis y actividad dermoepidermal.