Los cuadros erosivos ulcerativas y/o costrosos felinos , en su mayor parte están asociados al prurito y normalmente responden a los tratamientos antiinflamatorios y de controles antiparasitarios. Las causas más frecuentes son la hipersensibilidad a picaduras de pulga, hipersensibilidad alimentaria, atopia o dermatosis parasitarias. Pero el cuadro clínico del paciente que estudiamos no se parece a las presentaciones clínicas de estos procesos.

Otras formas menos frecuentes de cuadros erosivo/ulcerativos y costrosos, clínicamente semejantes al caso que nos ocupa,  son la hipersensibilidad a picaduras de insectos, las dermatitis ulcerativas por Herpes-virus,  infección por Cowpox-virus, ulceras indolentes y dermatitis ulcerativas idiopáticas.

La hipersensibilidad por picadura de mosquitos voladores da imágenes clínicas muy parecidas a la presentada por nuestra paciente, pero son de localización facial, de carácter estacional y en gatos que viven en el exterior. De hecho se recomienda confinar los gatos en el interior para que desaparezca el problema y nuestro gato vivía  siempre en el interior de un piso. Histológicamente este proceso se caracteriza por un infiltrado inflamatorio dérmico muy rico en eosinófilos, llegando a formar imágenes en llama en torno a las paredes y el lumen folicular, cuando los eosinófilos degranulan 2 , descripción que no se corresponde del caso presentado

Las dermatitis erosivas ulcerativas por herpes-virus tipo-1 son poco frecuentes y presentan, sobre todo, distribución facial, pero también se han descrito casos con distribución troncal.  Generalmente van precedidas de signos de vías respiratorias, los cuales no aparecían en la historia clínica de nuestra paciente. Por otra parte,  las lesiones suelen empeorar cuando se aplican tratamientos con corticosteroides, lo que no sucedía en nuestro caso.

Debido a que, histológicamente,  hipersensibilidad a la picadura de insectos voladores puede dar una imagen muy similar a dermatosis ulcerativa por herpes-virus, en caso de dudas (solo se pueden diferenciar si se observan cuerpos de inclusión víricos  intranucleares basofílicos) sería preciso realizar una prueba inmunohistoquímica o mediante PCR (prueba más sensible) para la detección del antígeno vírico 2 ;   lo cual no se hizo en este caso, porque el patrón histológico  no  era compatible con estas etiologías.

La dermatitis erosiva ulcerativa debida a la infección por Cowpox-virus es un proceso zoonósico muy raro, que afecta a gatos que viven en el campo y que están en contacto con zonas en las que habitan animales salvajes que actúan como reservorios del virus (zorros, lobos, ardillas, ratones...) 3 . Por ello se observa en gatos que viven en zonas rurales y que cazan ratones. Es un proceso que cursa con patología febril y signos sistémicos (inapetencia, fiebre, depresión). Las lesiones erosivas aparecen en la cara, patas y cuello 4 , por lo que ni la epidemiología ni la distribución de las lesiones son compatibles con las características de nuestro caso.

La úlcera indolente felina, se presenta en otras localizaciones: principalmente zona superior de los labios, mas raramente en el paladar o en zonas interdigitales. Histológicamente el infiltrado inflamatorio es profundo y compuesto, fundamentalmente,  por eosinófilos. Solo se ha descrito un caso en el que la infiltración inflamatoria era predominantemente neutrofílica 5 , con un patrón histológico muy semejante al de las dermatitis ulcerativas idiopáticas y a las dermatitis piotraumáticas, que son muy raras en los gatos.

La dermatitis ulcerativa idiopática felina es un síndrome de etiología desconocida, que se caracteriza por la aparición de una zona ulcerada, localizada entre la zona cervical dorsal y la región inter-escapular y que suele medir entre dos y cinco centímetros de diámetro. La lesión es de tipo costroso con bordes ulcerados y se aprecia daño importante de los tejidos afectados por efecto de automutilación 4,6 . Entre las causas desencadenantes se citan reacciones de hipersensibilidad o inyecciones subcutáneas de vacunas o medicamentos porque muchos clínicos suelen aplicarlas en esta zona, pero también se han observado en individuos en los que nunca se aplicaron inyecciones en el área.  En nuestro caso, la historia clínica de inoculación de progestágenos en la zona, indicaba probabilidad alta de que pudiera tratarse de una atrofia seguida de ulceración.  Pero había sido extirpada la zona afectada y se volvió a reproducir la lesión sin que hubiese habido más inyecciones posteriores.

La teoría más aceptada, por el momento, para explicar el síndrome de dermatitis ulcerativa idiopática felina 2 es que  la zona dorsal del cuello de los gatos es un área con elevada densidad de nervios sensoriales, por lo que la sobreestimulación de estas terminaciones nerviosas podría desencadenar una sensación de irritación con autolesiones posteriores dando lugar a un circulo cerrado de prurito-rascado, que se puede complicar con alteraciones comportamentales y que puede resultar difícil de romper. Los gatos, de cualquier raza, sexo y edad,  intermitente y compulsivamente, se autolesionan la zona. Puede aparecer linfadenopatía regional, pero nunca se observan signos sistémicos. Histopatológicamente aparece una extensa zona de ulceración y necrosis de la dermis superficial, con bajo infiltrado inflamatorio, y en los casos crónicos se acompaña de una banda de fibrosis y cicatrización que se extiende periféricamente en torno a toda el área ulcerada. La mayoría de los autores consideran que debe establecerse un minucioso protocolo de eliminación de causas neurológicas y víricas, pero bajo nuestro punto de vista las causas alérgicas  pueden ser un componente más importante en estos cuadros, como lo demuestra el caso presentado.

CONCLUSION

Se presenta un caso cuyo diagnóstico clínico podía encuadrarse como de dermatitis ulcerosa idiopática felina, y que tras el estudio del patrón histológico de la biopsia y un segundo y pormenorizado análisis de la  historia clínica, se constata que la causa subyacente es alérgica. Tras aplicar el protocolo de exclusión de causas para llegar al diagnóstico definitivo del tipo de alergia,  se comete un error: infravalorar la importancia de la terapia antiparasitaria integral para el control de la hipersensibilidad a picaduras de pulga. Finalmente, a través de este caso,  identificamos la hipersensibilidad a picaduras de pulga como una de las etiologías desencadenantes de los cuadros clínicos de dermatitis ulcerativa, muchas veces clasificadas como idiopáticas.

 

 

BIBLIOGRAFIA

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