El animal se apartó del resto del ganado, proporcionándole una buena cama y se alimentó con alfalfa y un pienso concentrado comercial. Aparte de las dificultades en la locomoción, la vaca no presentó ninguna otra alteración. En el mes de mayo se le desprendió la pezuña afectada y en octubre la parte distal del rabo con una cicatrización perfecta en ambos casos.