Competencia intercultural en la intervención con el pueblo gitano

La sociedad es diversa, lo ha sido desde el principio de los tiempos. El ser humano siempre se ha movido y ha interaccionado con personas de otras zonas y culturas diferentes; la diversidad afectivo sexual está presente en las culturas más antiguas y personas con diversidad funcional han convivido en la sociedad desde hace miles de años. Sin embargo, en la mayoría de los casos esa convivencia no ha sido real ya que no se ha dado en condiciones de igualdad. Además, aunque a nivel social sí que se compartían el mismo espacio, no se hacía en todos los espacios, por ejemplo, esa diversidad no había llegado a los entornos laborales. 

El caso de la comunidad gitana es un claro ejemplo de discriminación a todos los niveles, como aprenderás en este módulo. Además, junto con el hecho de pertenecer a esta minoría, pueden darse otras formas de discriminación que también sufren otras personas como las ya señaladas, ser mujer, tener diversidad funcional...

En este sentido se suele diferenciar entre coexistencia y convivencia, entendiendo esto como un proceso de evolución. Así, si bien se parte de una situación de conflicto, este da paso a una coexistencia en la que la relación se limita a compartir un mismo espacio sin hostilidad. En última instancia se llega a la convivencia, es decir, una interacción entre los individuos y una convivencia pacífica en la que todos los miembros se relacionan de igual a igual, es a este punto al que debemos aspirar como sociedad.