Ultrasonidos y geolocalización
Muchos animales recorren grandes distancias durante las migraciones para las cuales necesitan orientarse en todo momento. Esta geolocalización se puede obtener articulas haciendo uso de diferentes principios físicos. Uno de los métodos más destacados es la magnetorrecepción, donde especies como aves migratorias, tortugas marinas y algunos peces detectan el campo magnético de la Tierra para orientarse. Esta habilidad se basa en receptores magnéticos, como partículas de magnetita en sus cuerpos, que responden al campo magnético, facilitando la determinación de su dirección relativa al norte magnético, tal y como ocurre con las brújulas. Otro mecanismo involucra la polarización de la luz solar; insectos como las abejas y ciertas aves perciben los patrones de polarización de la luz, que varían con la posición del sol, ayudándoles a orientarse incluso cuando el sol está parcialmente oculto por las nubes.
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