Historia Clínica

Se presenta en la consulta veterinaria un perro Chow chow,  macho entero, de 4 años de edad que se rascaba bastante. La primera visita en el  Servicio de Dermatología de la Facultad de Veterinaria se debió a la presentación de signos clínicos consistentes en prurito bastante importante (grado 8 sobre 10), eritema y lesiones secundarias al prurito localizadas en el área facial y áreas interdigitales de las cuatro extremidades.

El perro vive en la ciudad de Zaragoza, pero habitualmente pasea por zonas ajardinadas compartiendo espacio y mucho tiempo con otras mascotas. Come pienso de gama alta y sus dueños lo desparasitan de forma regular, tanto para parásitos internos como externos.

El paciente había mostrado estos mismos síntomas en las dos primaveras pasadas y se habían controlado con glucocorticoides.

Las pruebas laboratoriales básicas (raspados, cultivos fúngicos, prueba del celo) fueron negativas.  La historia clínica nos hizo pensar en que los síntomas que aparecían nuevamente eran posiblemente secundarios a una hipersensibilidad, por lo que procedió a realizar el protocolo diagnóstico de alergias. Se prescribió un estricto control antiparasitario y posteriormente una dieta hipoalergénica a base de proteína hidrolizada durante dos meses. Después de este tiempo, se había controlado parcialmente el prurito con el control antiparasitario externo, pero todavía padecía un grado importante de picor. Se realizaron pruebas serológicas e intradérmicas para la búsqueda de alérgenos que nos permitieran realizar una hiposensibilización, pero los resultados no fueron suficientes para ofrecer esta opción terapéutica. Ante la imposibilidad de una hiposensibilización y los deseos de los propietario de no aplicar corticosteroides para el control de los signos de alergia, se propuso administrar un tratamiento inmunomodulador  mediante Ciclosporina-A a una dosis de 5 mg/kg/día.

Dos meses más tarde, el prurito y los signos clínicos de rascado se habían controlado, pero el paciente acudió nuevamente a la consulta con otras, nuevas,  lesiones cutáneas.

Exploración física y dermatológica

En la exploración física se aprecia que el paciente está apático y se observa linfadenopatía generalizada. Los demás parámetros parecen normales.

En la exploración dermatológica  se observan lesiones entre papulosas y nodulares de diferente tamaño en la zona de los labios, la mucosa oral (figs. 1, 2 y 3) y la lengua (fig. 4).

Fig.1. Lesiones papulonodulares localizadas en labios y zona del mentón.

Fig.2. Nódulos en labios superior e inferior.

Fig.3. Lesiones nodulares y papulares localizadas en labios y mucosa oral

Fig.4. Aspecto de las lesiones papulares en la lengua

 

 

Resolución del caso

Para resolver este caso valoraremos primero las características de la historia, el tipo de lesiones y su distribución y  posteriormente aplicaremos un protocolo, basado en la resolución de las siguientes cuestiones, y en el orden en que están planteadas:

  1. ¿Cómo definirías el nuevo problema cutáneo que presenta este paciente?. (Solución)
  2. ¿Qué enfermedades incluirías en el diagnóstico diferencial?. (Solución)
  3. ¿Qué prueba consideras que sería más útil en una primera aproximación diagnóstica?. (Solución)
  4. ¿Qué otras pruebas realizarías para confirmar el diagnóstico?. (Solución)
  5. ¿Qué manejo terapéutico establecerías?. (Solución)

Repasa aquí la discusión de este interesante caso de dermatología veterinaria.